235 millones de personas van a necesitar asistencia humanitaria y protección durante este año que acaba de comenzar, según la ONU, lo que supone un aumento de casi el 40 % con respecto a 2020. El COVID-19 ha disparado las necesidades humanitarias.
El informe Panorama Global Humanitario 2021, que publican la ONU y sus socios humanitarios, destaca que si todas esas personas que van a necesitar ayuda humanitaria durante 2021 vivieran en un país, este sería la quinta nación más grande del mundo.
Según Marck Lowcock, Jefe de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, “la COVID-19 ha tenido un impacto dramático en los lugares más vulnerables del planeta, que ya sufrían las consecuencias de la guerra, los conflictos o el cambio climático”. Hoy, más que nunca, “se necesita financiación para evitar el hambre, luchar contra la pobreza y mantener a los niños vacunados y en la escuela”, ha concluido Lowcock.
“El conflicto, el cambio climático y la COVID-19 han creado el mayor desafío humanitario desde la Segunda Guerra Mundial. Juntos debemos movilizar recursos y ser solidarios con las personas en un momento tan crítico como este”.
António Guterres Secretario General de la ONU.
El mundo se enfrenta a situaciones de emergencia sin precedentes. Estas son algunas de las crisis humanitarias más graves que tendremos que afrontar en 2021.
Cinco años de guerra, la enfermedad, el hambre, una economía al borde del colapso y la mitad de los servicios sanitarios inoperativos han convertido a la crisis de Yemen en la peor de nuestro tiempo. 24 millones de personas necesitan ayuda humanitaria para sobrevivir. Hay 3,6 millones de desplazados internos. 3,2 millones de personas sufren desnutrición aguda.
4,5 millones de personas necesitan ayuda en Afganistán ante al aumento de la pobreza, la creciente inseguridad alimentaria, la inestabilidad política y los conflictos generalizados. El número de personas que necesita ayuda para 2021 casi se ha duplicado con respecto al año anterior. En 2019, más de 400.000 personas fueron desplazadas dentro del país por conflictos o sequías.
La recesión económica ha dado lugar a la pérdida de medios de vida, la depreciación de la moneda y el aumento de los precios. Los problemas relacionados con los servicios básicos, ya de por sí débiles, han empeorado por la crisis de la COVID-19. La pobreza extrema y la inseguridad alimentaria van en aumento. En 2021, 1,9 millones de personas más necesitarán asistencia humanitaria. La guerra en Siria sigue teniendo consecuencias devastadoras.
El conflicto y la violencia perpetrada por grupos armados, el colapso económico y la pandemia de COVID-19 podrían provocar más hambre y desnutrición en 2021. El país también ha sufrido un importante brote de ébola, que ha tenido que afrontar con una infraestructura de salud débil. Las necesidades aumentan, pero la financiación disminuye. La emergencia en RD Congo necesita fondos urgentemente.
La crisis en el norte de Etiopía obliga a huir a más de 56.000 personas al vecino Sudán. Hay más de 1,8 millones de desplazados internos (el número aumenta debido a los últimos acontecimientos). El cambio climático, el mayor brote de langosta que se recuerda (con todas las consecuencias que tiene para la agricultura) y la pandemia de COVID-19 hacen que otros 2,1 millones de personas necesiten asistencia humanitaria.
El número de personas en necesidad aumentó de 2,9 millones a 3,5 millones por el empeoramiento del conflicto, la inseguridad y el impacto del COVDID-19. Todo ello también ha incrementado el riesgo de sufrir una hambruna. En Burkina Faso hay más de un millón de desplazados internos, más del doble que a principios de 2020. Las comunidades de acogida son muy pobres, los servicios de salud están sobrecargados, las escuelas son inadecuadas y la sequía ha provocado una carestía de alimentos.
El acuerdo de paz de 2018 sigue siendo frágil. El país se enfrenta a la recuperación de un conflicto civil en medio de una violencia implacable, una crisis económica y una pandemia sin precedentes en uno de los sistemas de salud más débiles del mundo. Más de 5 años de guerra han dejado millones desplazados forzados. Hoy, Sudán del Sur es la nación más joven del mundo, pero sigue siendo la mayor crisis humanitaria y de desplazados de África con 2,2 millones de refugiados y 1,66 millones de desplazados internos.
Con casi tres millones de desplazados internos, Nigeria sigue lidiando con una crisis humanitaria prolongada en el noreste, un conflicto en curso que probablemente persistirá en 2021, provocando más desplazamientos internos, movimientos de refugiados y mayores necesidades humanitarias. La pandemia está aumentando el riesgo de hambruna en la zona para 2021, y está teniendo un impacto severo en los medios de vida de los desplazados.
Afinales de 2019 había 3,6 millones de venezolanos desplazados en el extranjero y alrededor de 800.000 solicitantes de asilo. La emergencia en Venezuela solo es superada por la de Siria. La situación sanitaria por el COVID-19 está agravando aún más la crisis económica y el hambre en el país. La falta de empleo, de comida y la subida de precios de los bienes básicos están obligando a los venezolanos a abandonar su hogar.
El número de personas necesitadas en Mozambique casi se ha duplicado por el conflicto en Cabo Delgado. El país aún trata de recuperarse de los dos devastadores ciclones que azotaron Mozambique en 2019. Además, la COVID-19 está dificultando el acceso de la población a los medios de vida y es muy probable que los niveles de hambre aumenten en 2021. El impacto del cambio climático agrava la situación.
Ayuda a los refugiados