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10 falsos mitos sobre refugiados

6 de julio, 2018

Tiempo de lectura: 6 minutos

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Desde que, en 2015, cientos de miles de personas llegaron a las costas europeas, los mitos falsos sobre refugiados han ido en aumento. El desconocimiento sobre quiénes son, la información contradictoria en medios y la instrumentalización política de la crisis humanitaria más grave de las últimas décadas inundan la red con falsas creencias. Explicamos algunos de los falsos mitos más extendidos.

Mitos falsos sobre refugiados

Niña siria mitos refugiados

1. “Los refugiados quieren quedarse en otros países”

Las personas que han huido de su país a causa de la guerra o de conflictos armados no lo hacen por elección propia. No se trata de buscar oportunidades económicas, sino de una cuestión de seguridad básica que les impide volver a sus hogares.

Pero si algo tienen en común los refugiados, como los del pueblo sirio, es el apego a su tierra y a sus orígenes. La gran mayoría coincide en que, cuando sea seguro, volverán a su hogar.

Algo que se ha hecho realidad en ciudades como Alepo, que tras su liberación del Estado Islámico ha vuelto a cobrar vida después de la guerra. Abu Ahmad fue uno delos primeros, reabriendo el viejo restaurante de su familia en un edificio todavía destruido por las bombas.

Refugiadas africanas en la huida

2. “Van a otros países para aprovecharse”

Los refugiados son personas que escapan de guerras como la de Siria, de zonas con ataques terroristas como el norte de Nigeria, de prácticas como la mutilación genital o de persecuciones por su condición sexual como los refugiados LGTBI.

Ser refugiado no es una elección y la mayoría quiere volver a su país. El pueblo sirio destaca por su apego emocional a su tierra: muchos intentan quedarse lo más cerca posible, en países vecinos, y vuelven a zonas liberadas como Alepo en cuanto vuelven a ser seguras.

Sobre el falso mito de “vienen a quitarnos el trabajo” cabe destacar que los refugiados encuentran muchos obstáculos para trabajar: no conocen el idioma, les es difícil convalidar sus títulos y a menudo acaban con trabajos que nadie quiere.

los refugiados no son una carga

3. “Son una carga económica para los países de acogida”

Distintos estudios demuestran que, al contrario de este falso mito, los refugiados impulsan la economía. Según el estudio de Science Advances publicado en El País con datos de los últimos 30 años recogidos en países europeos como España, el gasto que generan es menor a los ingresos por PIB, impuestos y descenso del paro. Laboratorios y universidades coinciden en que los refugiados devuelven más de lo que reciben, por lo que el criterio económico no es válido para respaldar las políticas antinmigración.

Fuera de Europa, otros estudios respaldan esta idea. En Kenia, refugiados emprendedores favorecen la economía local, promueven el consumo local y dan trabajo a los locales. Lejos de ser una carga, tienen un impacto positivo en lo económico y en el rejuvenecimiento geográfico.

Rohingya monzon

4. “Los refugiados vienen a los países ricos”

Lejos de la falsa creencia de que los refugiados vienen mayoritariamente a Europa, los datos indican que la gran mayoría están en los países vecinos, en vías de desarrollo.

Según los últimos datos de ACNUR, el 85% de los refugiados están en el hemisferio Sur y los países que más refugiados acogen son Turquía, Pakistán, Uganda, Líbano e Irán.

5. “Se cuelan terroristas entre los refugiados”

Precisamente los ataques terroristas son de lo que muchas de estas personas se refugian. Según los datos del CSIS, 8 de las 10 ciudades más peligrosas por terrorismo están en Oriente Medio y las otras 2 en África.

La Agencia de la ONU para los refugiados da protección a las víctimas del Estado Islámico y otros grupos terroristas, así como a quienes huyen de persecuciones religiosas. Además, ACNUR lleva a cabo un registro exhaustivo en el que se realizan pruebas como el escaneo del iris para comprobar la identidad de cada persona antes de darle el estatus de refugiado.

refugiados europeos

6. “Sólo se ayuda a los refugiados, no a los españoles”

ACNUR es la Agencia de la ONU para los Refugiados, lo que significa que ayuda a quienes tienen que huir de la violencia, de la persecución o de la violación de derechos humanos, sea cual sea su procedencia.

La labor principal de ACNUR está destinada a países con conflictos activos, mayoritariamente en África y Oriente Medio, pero también da asistencia en países europeos a quienes se ven atrapados en la violencia, como es el caso de Ucrania, o en puntos de recepción de refugiados como Grecia, Italia y España.

Refugiados sirios ACNUR

7. “La ayuda de las ONG no llega hasta los refugiados”

En el caso de las Agencias de la ONU, las cuentas son auditadas tanto a nivel interno por los Servicios de Naciones Unidas, como por Auditorías externas.

En el caso del Comité español de ACNUR, de cada 100 €, 89 son enviados a los proyectos de ACNUR en el mundo, mientras los 11 restantes se asignan a sensibilización y captación de fondos en España. Ver qué pasa con las donaciones a ACNUR

Las donaciones puntuales resultan clave para que podamos entregar material de emergencia durante las primeras 72 horas, pero son las cuotas de los socios las que hacen posible planificar e invertir en soluciones a largo plazo como la construcción de infraestructuras, pozos, colegios, terrenos de cultivo o refugios duraderos.

Niña musulmana en el colegio

8. “Sólo les dan el pescado no la caña”

Cuando estalla una emergencia, ACNUR entrega material de primera necesidad como refugios, agua, comida o medicinas. Pero, un refugiado pasa 17 años de media en un campo por lo que ACNUR trabaja en soluciones duraderas como educación (357.874 niños fueron escolarizados en África en 2017), formación profesional, ayudas para emprender y medios de vida. En países como Uganda, se facilitan tierras de cultivo y herramientas para que, pocas semanas después de su llegada, los refugiados puedan autoabastecerse con lo que han cultivado.

Integración de refugiados

9. “Los refugiados no quieren integrarse”

A menudo, escuchamos que los refugiados y migrantes vienen a imponernos su cultura en lugar de intentar integrarse. Pero la realidad es bien distinta.

Llegar a un país donde no conoces a nadie, con una cultura e idioma diferentes, no es sencillo. Para muchos refugiados, el aislamiento y el desconocimiento de la cultura o el lenguaje del país de acogida dificultan su integración, pero cuando se ponen las herramientas adecuadas para su integración, los recién llegados no tardan en aportar a la sociedad más de lo que han recibido.

Ejemplo de ello es la iniciativa Befriending, a través de la cual varios socios de ACNUR conectan con refugiados en España para ayudarles en su integración. Quedan para jugar al fútbol o visitar un museo, les orientan con los trámites administrativos y comparten experiencias. Otra de las muchas historias curiosas que siguen probando la falsedad del mito de que los refugiados no quieren integrarse es la de este refugiado musulmán que celebra el Sabbat con su familia judía de acogida.

10. “Las ONG son una mafia”

La confusión entre los traficantes de personas, quienes cobran cantidades desorbitadas a los refugiados y migrantes que quieren cruzar el Mediterráneo en travesías cada vez más peligrosas para encontrar un lugar seguro donde vivir y un futuro mejor, y las organizaciones que les ayudan a sobrevivir, también es algo común.

Concretamente, ACNUR trabaja para evacuar a las personas en situación de vulnerabilidad en países como Libia, donde los casos de venta de esclavos, secuestros y torturas han convertido el país en un auténtico infierno. Estas evacuaciones se hacen mediante vías legales, como la reunificación familiar y el reasentamiento, en medios de transporte seguros como el avión, para evitar las travesías mortales por el Mediterráneo.

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