Un barco pesquero se adentra en el mar al sur del Mediterráneo. Las olas, cada vez más fuertes, rompen contra el pequeño bote bañando a sus ocupantes. El suelo se tambalea mientras decenas de personas a bordo se preguntan si aguantará sin volcar. Si sobrevivirán. Algunos huyen de la guerra, otros de la violencia o la precariedad. Como ellos, miles de refugiados y migrantes han muerto intentando llegar a Europa en botes de goma o madera.
Los traficantes encarecen el viaje y hacinan cada vez a más personas para enriquecerse.
ONG y guardacostas rescataron a más de 1.800 refugiados y migrantes en un solo fin de semana en la ruta del Mediterráneo central. En uno de esos barcos, un bebé llamado Milagro nacía a bordo durante el fin de semana.
629 refugiados y migrantes llegaron a las costas españolas después de días en medio del mar sin un puerto en el que desembarcar. Todos ellos fueron rescatados el 9 de junio, 8 días antes, tras naufragar cerca de las costas de Libia. A bordo, 123 niños solos viajaban sin acompañante.
Pocos días después, la situación volvía a repetirse. El barco MV Lifeline con 234 refugiados y migrantes a bordo quedaba varado en altamar desde el 21 de junio a falta de un puerto italiano en el que atracar. De la misma manera, esta vez fue Malta quien ofreció sus costas para desembarcar.
2015 fue, sin duda, el punto máximo de llegadas de refugiados y migrantes a Europa. Entonces, más de un millón de personas cruzaron el Mediterráneo y casi 4.000 murieron en el camino.
Ahora, aunque las cifras de llegadas han vuelto a los niveles anteriores a 2014, la peligrosidad de las rutas y las condiciones en las que los traficantes transportan a miles de personas elevan la tasa de mortalidad. Casi 3 de cada 100 personas que cruzan a través del mar no llegará con vida a su destino.
Preocupados por la tragedia humana, ACNUR y la OIM, la Agencia de las Naciones Unidas para la Migración, hacen un llamamiento a los países de la Unión Europea para llevar a cabo una acción a gran escala que ayude a reducir la pérdida de vidas en el mar.
ACNUR y la OIM creen que se necesita un nuevo enfoque de colaboración para hacer más predecible y manejable el desembarco de personas rescatadas en el mar, basado en la colaboración entre la UE, las Naciones Unidas y la Unión Africana. Las personas rescatadas en aguas internacionales deberían ser llevadas rápidamente a lugares seguros.
Otras alternativas como reasentamiento, reunificación familiar y otras soluciones dentro de la UE, y un mayor apoyo a los países donde se desembarca, son necesarias para evitar que miles de personas se jueguen la vida en el mar.
El apoyo europeo, la solidaridad y la colaboración con los países de acogida de refugiados en regiones en desarrollo y los países de tránsito, es hoy más importante que nunca.
"En los últimos 10 días hemos tenido buques en el mar Mediterráneo que transportaban refugiados rescatados y otros migrantes y que no pudieron atracar debido al estancamiento político en Europa. Defender el derecho de asilo en los Estados miembros de la UE es absolutamente crucial"
Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
"Nuestra prioridad es salvar las vidas de todos aquellos que han sido víctimas de traficantes que cínicamente ponen a hombres, mujeres y niños por igual, en balsas inseguras en alta mar"
William Lacy Swing, Director General de la OIM.