El continente más grande del mundo ha sido, a lo largo de la historia, el escenario de algunas de las mayores atrocidades contra el ser humano. Desde la guerra de Corea o la de Vietnam hasta algunos de los episodios más sangrientos de la II Guerra Mundial han tenido lugar en este territorio. A día de hoy, distintas guerras y conflictos en Asia aún permanecen.
Desde agosto de 2017, el repunte de la violencia en Myanmar expulsó a más de 600.000 personas hacia Bangladesh en busca de seguridad. Aldeas enteras fueron quemadas y cientos de personas asesinadas mientras medio millón huía tan rápido como podía de la región de Rakhine.
Tres meses después, Myanmar y Bangladesh acordaron la repatriación de los rohingya a su país de origen, aunque según ACNUR de momento no se cumplen las condiciones adecuadas de seguridad e infraestructuras para que vuelvan y este plazo podría ser
Desde los 70, la población afgana ha estado sometida a continuas oleadas de violencia que daban paso a la conocida como guerra de Afganistán en 2001. Este conflicto se alarga hasta el día de hoy convirtiendo su territorio en el segundo país más peligroso del mundo y al pueblo afgano en el segundo con más población refugiada en otros países de todo el mundo.
Casi 7 años de guerra en el país y más de 5 millones de personas refugiadas fuera de sus fronteras han convertido a esta guerra en Asia en la más mediática de todas.
Aunque en 2017 gran parte de ciudades como Alepo fueron liberadas del Estado Islámico y sus antiguos habitantes han podido volver a reconstruir sus vidas, en 2018 otras zonas del país siguen siendo altamente peligrosas y el conflicto continúa.
Años de conflicto en este país asiático y la ofensiva sobre ciudades como Mosul y Faluya, bajo el control del Estado Islámico, han copado los titulares de los periódicos mientras dejaban a millones de civiles asediados y forzados a huir de sus casas.
Este problema, que se remonta a principios del siglo XX, ha dejado a 5 millones de refugiados palestinos. Uno de los conflictos históricos que más se alarga en el tiempo mientras se enfrenta a una difícil solución.
En guerra desde 2015, el enorme deterioro del país ha dejado a más del 80% de su población dependiente de la ayuda humanitaria en la que ha sido catalogada como una de las mayores tragedias de nuestro tiempo y uno de los peores conflictos en Asia. Los brotes de cólera, una enfermedad endémica en el país, y riesgos de hambrunas son otros de los principales enemigos de una población con difícil acceso a la ayuda humanitaria a causa del bloqueo marítimo llevado a cabo por la coalición liderada por los saudíes.
ACNUR y los líderes de la ONU les instan a que se abra por completo el acceso a las ONG que siguen entregando ayuda.
Ayuda a los refugiados