La guerra de Yemen se encamina hacia su cuarto año, cargando casi todo el peso de la violencia sobre una sociedad civil exhausta y hambrienta. Precisamente el hambre en...
La guerra de Yemen se encamina hacia su cuarto año, cargando casi todo el peso de la violencia sobre una sociedad civil exhausta y hambrienta. Precisamente el hambre en Yemen ha convertido este conflicto armado en la mayor crisis humanitaria que afronta el planeta en este final de la segunda década del siglo XXI.
Tres cuartas partes de la población yemení necesitan ayuda humanitaria para poder sobrevivir ante el bloqueo que está privando a 22 millones de personas de alimentos, medicamentos contra enfermedades epidémicas y productos básicos. 2,3 millones de personas han sido desplazadas de sus hogares a causa de la violencia.
1.500 civiles murieron o resultaron heridos en Yemen entre agosto y octubre de 2018, según datos de ACNUR, lo que supone una media de 123 civiles cada semana durante este periodo. Según los datos publicados en el último Informe de Monitorización del Impacto Civil (CIMP, por sus siglas en inglés) de la ONU, tres tercios de las víctimas durante este periodo fueron mujeres y niños, de los cuales murieron 217.
Las regiones asediadas de Sa’ada y Al Hudaydah, ubicadas en el noroeste del país, han sido escenario de los incidentes violentos más graves en los últimos meses. Allí se ha localizado el mayor número de víctimas civiles, con 26 incidentes con más de 10 civiles resultados heridos o muertos desde agosto a octubre.
Durante los casi cuatro años de guerra, 65.000 civiles han sido asesinados o han resultado heridos en Yemen, según datos de la ONU.
Yemen ha sido escenario de conflictos armados desde los años 60, cuando monárquicos y republicanos se disputaron el control del recientemente independizado país árabe. ACNUR comenzó a actuar en el país en los 80, a raíz del conflicto entre los entonces conocidos como Yemen del Norte y Yemen del Sur.
La tensión entre ambos territorios siguió reapareciendo intermitentemente en forma de conflicto de baja intensidad y es uno de los antecedentes de la actual guerra, que comenzó en marzo de 2015. Desde el inicio de este último conflicto, la población civil de distintas zonas del país ha quedado atrapada en largos asedios en los que se ha visto privada de acceso a productos básicos para su supervivencia.
Este fue el caso de Taiz, al suroeste del país, donde ACNUR estuvo 5 meses intentando acceder para entregar ayuda en esta ciudad para 1.000 familias víctimas de la guerra y el hambre en Yemen. A día de hoy, ACNUR entrega ayuda en 20 de las 21 gobernaciones del país.
Además de la intervención en el interior de Yemen, ACNUR da asistencia a los más de 190.000 refugiados yemeníes que se encuentran actualmente en Omán, Arabia Saudí, Djibuti, Somalia, Etiopía y Sudán. La ubicación de Yemen, separado del cuerno de África por los escasos 30 km del estrecho Bab el-Mandeb, lo han convertido durante décadas en país de acogida. Miles de estos refugiados que residían en Yemen han tenido que regresar a sus países o volver a emprender otro desplazamiento en otro de los dramas que conforman el mosaico de la Guerra de Yemen.
Ayuda a los refugiados