Tras afrontar las primeras dos décadas del siglo luchando contra la pobreza extrema, los países de la ONU acordaron en 2015 una serie de Objetivos de Desarrollo Sostenible. Con...
Tras afrontar las primeras dos décadas del siglo luchando contra la pobreza extrema, los países de la ONU acordaron en 2015 una serie de Objetivos de Desarrollo Sostenible. Con ellos, se pretende resolver los grandes problemas mundiales que afectan a toda la humanidad. Las tres grandes metas son erradicar la pobreza extrema, combatir la desigualdad y la injusticia y solucionar el cambio climático.
Estos son los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que los países de la ONU se han marcado de aquí a 2030:
Hoy en día, 800 millones de personas siguen viviendo con menos de 1,25 dólares al día. La falta de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento básico son algunas de las circunstancias que deben ser corregidas en los próximos años.
Aún queda un largo camino por recorrer para conseguir el objetivo hambre cero y alimentar a los 795 millones de personas con desnutrición aguda en todo el planeta, muchas de ellas víctimas del cambio climático.
6 millones de niños mueren anualmente antes de cumplir cinco años, y cientos de mujeres mueren al día durante su embarazo o en el parto. La prevención, los tratamientos, la educación y las campañas de salud reproductiva y sexual se plantean como la mejor solución.
A pesar de los avances logrados en los últimos años, la pobreza, vivir en zonas rurales o los conflictos armados siguen siendo causas para la no escolarización de niños en distintos puntos del planeta.
El acceso igualitario al empleo y el fin de la violencia contra las mujeres y su explotación sexual son los grandes retos para lograr acabar con toda forma de discriminación contra mujeres y niñas.
Un 40% de la población mundial padece escasez de agua limpia, una cifra que probablemente crecerá con los efectos del cambio climático. Urge la construcción de infraestructuras e instalaciones sanitarias, especialmente en los países que más padecen las sequías.
El crecimiento de la población mundial está generando un aumento en la demanda de energía eléctrica. Es necesario invertir en energías renovables y limpias para poder garantizar que todo el mundo pueda tener electricidad de manera sostenible.
204 millones de personas están desempleadas en todo el planeta, según la OIT. Lograr que se generen nuevos empleos, además de acabar con el trabajo forzoso, la esclavitud y el tráfico humano son retos a lograr antes de 2030.
Los grandes avances tecnológicos de los últimos años aún están lejos de poder ser disfrutados por todos. Por ejemplo, más de 4.000 millones de personas no tienen acceso a Internet. Se requieren nuevas infraestructuras y mayor inversión en investigación.
Las diferencias entre ricos y pobres están aumentando alarmantemente en los últimos años, generando un mundo más desigual e injusto. Políticas sociales destinadas a erradicar esa brecha se hacen más urgentes que nunca de aquí a 2030.
Más de la mitad de la población mundial vive ya en ciudades y el porcentaje no parará de aumentar en los próximos años. Esto ha generado un enorme reto, el de crear urbes seguras, limpias y asequibles, en las que no se generen grandes bolsas de pobreza.
La explotación de recursos naturales y la producción insostenible de desechos deben ser respondidos con nuevas formas de producción y consumo más responsables.
Los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes y empiezan a tener consecuencias muy negativas para comunidades de todo el planeta. Solo con acciones colectivas urgentes podremos revertir una tendencia que amenaza la supervivencia de la vida en la Tierra.
Las acciones que los humanos desarrollamos en la tierra están comenzando a tener graves consecuencias para la vida submarina, clave para garantizar la habitabilidad del planeta. Los ecosistemas marinos deben ser protegidos y el uso de los recursos oceánicos debe ser sostenible.
Los bosques, los suelos y la supervivencia de las distintas especies animales deben ser preservados como un tesoro, pues es la única garantía de que la vida pueda seguir desarrollándose en la Tierra.
El planeta cada vez está más dividido entre zonas que gozan de una paz duradera y otras que viven en un clima casi continuo de violencia. Garantizar una situación de paz es la única forma de que el resto de objetivos puedan ser disfrutados por toda la humanidad.
Somos una sola especie con objetivos comunes y solo lograremos alcanzarlos tejiendo alianzas entre los diferentes pueblos del planeta. La supervivencia de la humanidad depende de ello.
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