Aunque sus pequeños apenas tienen unos años de vida, estas madres viven con miedo a que puedan morir de hambre. Después de semanas de huida sin apenas nada que echarse a la boca, han llegado desnutridos a Bangladesh y necesitan alimentos para poder recuperarse.
El riesgo de morir de hambre sigue siendo un hecho para muchos refugiados en pleno siglo XXI. Con tu ayuda, podemos evitarlo.
1 € = comida diaria para un niño refugiado
Con 1 € puedes enviar una ración diaria de 2.100 kilocalorías compuesta de cereales, proteínas y grasas para un niño refugiado.